Al principio la gente que apreciaba los temas artísticos se interesaba por la ilustración, las artes clásicas y el diseño gráfico. Después llegó el cine, el cine de animación, y por último los videojuegos, que en pocos años han evolucionado desde unos pocos de píxeles y objetos poligonales a auténticas maravillas artísticas, gracias a los avances técnicos pero también a todos esos concept artists de increíble talento que hay detrás.
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Hoy quería compartir con vosotros una pequeña maravilla que ha caído en mis manos. Para aquellos que se compran un libro por la ilustración de portada, y para los enamorados del arte animado, será una delicia jugar a “Silence”, de Daedalic (disponible en Steam). Es una aventura gráfica, pero también un videojuego artístico, por decirlo de algún modo: la parte visual y gráfica es una verdadera delicia para los sentidos. Posee una estética cartoon, casi infantil y preciosa, pero al mismo tiempo un poco lúgubre. Realmente el juego no está dedicado a los niños, ya que trata temas sombríos y alguno que otro controvertido. La jugabilidad es todo lo sencilla que puede ser una aventura gráfica, así que no tenéis excusa: os gusten los videojuegos o no, si os gusta la animación, debéis probarlo. Os dejo la intro, que da una idea bastante acertada del tono del juego. A mi ya me puso los pelos de punta. 

¿Sabéis que la mítica película Disney de Blancanieves es anterior a la II Guerra Mundial? ¡Fue producida en 1937! Fue el primer largometraje de animación de la historia y se llevó un enorme reconocimiento de la crítica de todo el mundo. Y eso que, cuando Walt Disney comenzó a trabajar en ella, nadie le apoyó, le llamaron loco e incluso tuvo que hipotecar su casa para pagarla.

Pero, más curioso aún, ¿sabéis quién fue la primera princesa Disney de la historia, aunque pocos lo sepan? Se llama Persephone, y aunque no ha sido coronada como tal, es la mamá de todas las princesas actuales. Va camino de los 90 años ¡toda una señora!. Muchos la consideran un boceto de lo que posteriormente sería Blancanieves y, posteriormente, todas las demás.

El cortometraje tiene una duración inferior a 10 minutos, data de 1934 y se considera una de las Silly Symphonies (literalmente, sinfonías bobas), pequeñas piezas animadas con acompañamiento musical con las Disney fue pionero en el uso de la animación a color y la cámara multiplano, que permitía que las diferentes capas de dibujos que forman una escena animada se movieran a distinta velocidad dependiendo de si estaban cerca o lejos del espectador, consiguiendo así un efecto de movimiento mucho más realista.

Su movimiento de brazos resulta hipnótico, ¿no creéis? ¡Me resulta difícil decidir si es aberrante o maravilloso! En cualquier caso, ¡os dejo a continuación esta maravillosa pieza de historia y arte con la que crecieron nuestros abuelos!